Hechos:
Los hombre prefieren huir de la autoridad y de la familia. Las mujeres prefieren conectar.
Los hombres están orientados a si mismos. Las mujeres están orientadas a los demás.
Los hombres están orientados a los derechos. Las mujeres están orientadas a la responsabilidad.
Los hombres tienen una perspectiva individual ( el centro es «yo» ). Las mujeres tienen una perspectiva del grupo ( el centro es «nosotros» ).
Visión: Hombres, centrada. Mujeres, periférica.
Olfato: Mujeres, mucho y activo. Hombres, menos y poco activo.
Tacto: Mujeres, sensible y activo. Hombres, menos y poco activo.
Oído: Mujeres, umbral de tolerancia al ruido mas alto que el hombre.
Orientación a los demás: Las niñas ponen de manifiesto el doble de contacto ocular que los niños desde los 3 años de edad.
Lenguaje: Las mujeres hablan y escuchan un lenguaje de conexión e intimidad. Los hombres hablan y escuchan un lenguaje de rango e independencia.
¿Tiene su negocio clientas?.
¿Compran sus productos las mujeres?.
¿Son para ellas, para sus hijos o para su hogar?.
Incorporar habilidades femeninas al staff ejecutivo es, todavía hoy, una ventaja competitiva.
Esta pequeña aportación de evidencias elude intencionadamente todo posicionamiento moral, político y aún ético para centrarse en hechos y en oportunidades.
Se trata de habilidades. Se trata de Recursos Humanos (¡ que nombre mas feo!). Se trata de implementar una de las tareas vitales de un líder: sacar lo mejor de cada uno.
Drucker ha dejado dicho: «No se gestiona a las personas; la tarea es liderarlas. Y la meta es hacer que las cualidades y el saber específico de cada uno sean productivos».
Y, como viene al pelo, aprovecho para recordar lo que he aprendido, entre otros, de Jack Welch sobre lo que hacen los líderes ( algo mas actual que «el Príncipe» de Maquiavelo):
Hacen que un equipo mejore continuamente y aprovechan cualquier encuentro para evaluar,aleccionar y dar confianza a los suyos. De manera creíble, por supuesto.
No solo se aseguran de que todos entienden la visión de la empresa, sino de que la vivan y la respiren.
Se meten en la piel de su gente. Contagian energía y optimismo.
Generan confianza mediante la sinceridad, la transparencia y el buen humor: Son ejemplares.
Tienen el valor de tomar decisiones impopulares, relevando a los demás de la responsabilidad de lo decidido.
Cuestionan e insisten hasta asegurarse de que se responde a sus preguntas con hechos demostrables y cuantificables.
Inspiran el aprendizaje continuo y la autoestima de las personas.
Celebran los triunfos.
Los líderes no roban ideas a su gente.
Y esto otro, de cosecha propia:
El líder que elije su equipo pensando en «los manejables» reduce drásticamente la capacidad de competir del negocio.
El líder que premia el seguidismo y se revuelve contra los discrepantes, se ataca a sí mismo.
El líder que divide a su gente, acaba vencido.
El líder que piensa que los demás no piensan, está ciego.
El líder que se esconde no es Alfa, es Omega.
«Nadie es perfecto». B. Wilder.